Reciclaje del acero, ¿es posible?

reciclaje del acero

El acero es un material esencial para la industria actual, dado que ofrece un gran abanico de aplicaciones. Está presente en coches, edificios, electrodomésticos, y un largo etcétera.  

 

Por lo tanto, como materia prima, los aceros se utilizan para crear moldes que, posteriormente, se usan para fabricar productos a partir de otros materiales de uso masivo, como el plástico. Sin embargo, su fabricación tiene un alto impacto medioambiental. Por eso, el reciclaje del acero es fundamental para contribuir a la sostenibilidad. 

 

Una gran ventaja del acero es que es prácticamente 100% reciclable, sin perder propiedades. Esto implica que podemos reciclar productos de acero un número ilimitado de veces. Pero no solo es positivo para el medio ambiente, sino que también permite reducir costes en la industria. 

 

Desde Aceroa, como empresa especializada en la distribución de aceros especiales en España y Portugal, hablamos en detalle de este proceso.  

reciclado del acero

 

Proceso de reciclado del acero 

 

Si hablamos de cómo se recicla el acero, es importante dejar claro que hablamos del reciclaje de los productos de acero o que contienen acero que ya no se van a utilizar. Por lo que se tiran y se pueden considerar “chatarra”. El proceso comienza clasificando los distintos tipos de chatarra de acero según su origen 

 

  • Chatarra doméstica: proviene de productos de acero que llegan al final de su vida útil en hogares, como electrodomésticos, mobiliario, etc. Esta chatarra se recolecta y se envía a los depósitos para su clasificación. 
  • Chatarra industrial: son los recortes y residuos que se generan durante los procesos de fabricación en la industria. Por ejemplo, en plantas automovilísticas, de electrodomésticos, o en talleres de mecanizado. Esta chatarra se almacena y luego se vende directamente a las acerías. 
  • Chatarra obsoleta: incluye productos más grandes como edificios, plataformas petrolíferas, o infraestructuras que han llegado al final de su vida útil. Requiere un proceso previo de desguace para recuperar la chatarra de acero. 

 

Luego, la chatarra se transporta a las acerías y fundiciones. Allí se funde para purificarla y separar posibles contaminantes. 

 

El acero líquido se solidifica en placas o lingotes. Después, se laminan en chapas delgadas listas para convertirse en nuevos productos. Una gran ventaja es que este proceso puede repetirse muchas veces. 

 

Además, en los depósitos de chatarra se realiza una clasificación más detallada separando los distintos tipos de aleaciones de acero. Esto es importante porque no todos tienen las mismas propiedades magnéticas. Por ejemplo, los aceros inoxidables austeníticos tienen bajo contenido en níquel y no son magnéticos, lo cual dificulta su posterior reciclaje. 

 

 

Beneficios del acero reciclado

 

Dado que los aceros son una materia prima muy utilizada a nivel industrial, el acero reciclado ofrece varios beneficios, como: 

 

  • Excelente rendimiento total, siendo aprovechado con un 100% de eficiencia, gracias a sus propiedades magnéticas e inductivas.  
  • Disminuye el consumo de agua en un 40% y el consumo de energía en un 70% al evitar la extracción y transporte de materias primas. 
  • Alta reutilización, gracias a que el acero es maleable, lo que le permite transformarse en cualquier elemento mediante una adecuada modificación para adaptarse a la composición del producto deseado. 
  • Menores emisiones de CO2, por las mismas razones que se ahorra agua y energía. 
  • Preservación de recursos valiosos, evitando la creación de vertederos y el desperdicio de estos recursos tan importantes para las industrias. Como ya se ha mencionado antes, el acero es 100% reciclable. 
  • Reducción del impacto ambiental: si todo el acero proviniera de la extracción de materias primas, el impacto ambiental sería significativamente mayor debido a la alta demanda de este material esencial. 

 

 

Importancia de reciclar el acero

 

España ha logrado en los últimos años grandes avances en el reciclaje de envases de acero domésticos, logrando alcanzar un 90,6% en 2014 y recuperando más de 255.000 toneladas de residuos procedentes de envases.  

 

Además, somos un país destacado en el reciclaje de acero en Europa, con un índice de reciclaje de alrededor del 75% del acero fabricado en él. 

 

En el año 2021, se produjeron más de 14 millones de toneladas de acero en total, de las cuales más de 11 millones de toneladas fueron obtenidas a partir de reciclaje de chatarra. 

 

El reciclado en la industria metalúrgica ofrece importantes beneficios para el medio ambiente, ya que ahorra energía y reduce las emisiones de CO2. Se estima que una tonelada de acero reciclado ahorra más de 1,5 veces su propio peso en emisiones de gas carbónico y más del doble de su peso en materias primas.  

 

Quizás lo más interesante, dada la problemática energética agravada en 2023, es que el reciclado consume hasta un 70% menos de energía si se compara con la producción a partir de materias primas. Además, la reutilización del acero evita el aumento y creación de nuevos vertederos. 

  

 

El acero reciclado, muy relacionado con el reciclaje de plástico

Como último punto a destacar, el acero es esencial para fabricar moldes y piezas de plástico, entre muchas otras aplicaciones. Por eso, potenciar el reaprovechamiento del acero beneficia también a esta industria y al propio reciclado del plástico, a la vez que se reduce la necesidad de extraer más mineral virgen para producir nuevos moldes.  

 

En definitiva, el reciclaje del acero es una pieza clave de la economía circular. 

 

A pesar de los avances conseguidos, el sector se enfrenta a grandes desafíos, como los altos costos eléctricos, que pueden afectar su competitividad.  

 

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